dios es argentino o el post25.

En general (que querrá decir?) no soy una realista descarnada, mas bien veo tintes de locura y de fábula en las situaciones cotidianas, veo abanicos de posibilidades y buenas intenciones en la gente -eso me ha valido el sobrenombre de “la socióloga optimista” (bárbara u. sic)- pero no por ello dejo de lado mi beta anarco-criticona y agria. lo admito. a veces, la cultivo. Y me divierte.Hoy, será porque llovizna, será porque escucho la columna sonora de Hable con ella, magistral obra musical de Alberto Iglesias que recomiendo comprar –o conseguir, de algún modo-, hoy, hoy en este post 25, queria proponer un poco de ironia asique un buen ejercicio es que veamos a dios –en quien no creo, al menos eso creo..., pero dios dirá!- a través de las manos de Carpani y en su magistral Dios es argentino (que encontraran mas abajo, por cuestiones de limitaciones del diseño).Y para continuar con el tema, un complemento ideal me parecieron las palabras de este poeta nacido en 1926 en Chiapas (claro en el 26 la palabra Chiapas no significaba ni lucha, ni mujeres masacradas por paramilitares en la vigilia de un año nuevo, ni indios rebelándose, ni “otro mundo es posible”, ni subcomandante Marcos, ni Ramona muriéndose de cáncer). El poeta se llama Jaime Sabines y ha escrito:
"...Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida - no tú ni yo - la vida, sea para siempre."permitaseme agregar que si, que el hombre se traga al hombre, pero tambien, a veces, cuando la historia lo permite, cuando hay mas de un guionista, el hombre, abraza- reconoce- ayuda- salva, al hombre.